lunes, 7 de marzo de 2016

Poesía póstuma de José Luis Parra

 
Una hora aproximadamente me ha llevado leer Hojarasca (Renacimiento, Sevilla, 2016), el libro póstumo de José Luis Parra (Madrid, 1944 – Valencia, 2012). Y mientras escribo esta pequeña nota, lo vuelvo a releer sin dejar de sentir su frescura, como si cada poema fuera ofreciéndome a cuentagotas lo que en la primera lectura no me había dado. Y es que todo lector de poesía sabe que el universo del poema se descubre en varias expediciones, no importa si ese universo es aparentemente pequeño como una isla o como un haiku.
Hojarasca se compone de dos partes. La primera, la más extensa, está constituida de haikus; la segunda, de tankas. Pero no solo la brevedad de este tipo de poemas nos invita a leerlo de un tirón. La temática de los haikus es muy variada: los hay que tienen que ver con las estaciones del año (los más acordes con la tradición), otros hacen referencia a situaciones cotidianas, la muerte, la vida urbana, el amor y el desamor. Algunos simplemente parecen mostrar una imagen fugaz de la vida:
En su honda noche,
el olor de la fruta
alumbra al ciego.
En algunas composiciones predominan un fondo pesimista, la vida de un hombre resignado a contemplar el pasado como algo muy lejano. En estos casos, destaca sobre todo la añoranza de la infancia: “Cuánto daría / por tener aquí aquel brasero / de mi infancia”. Pero en otros poemas, nos dice que a veces, pese a la vejez y al desgaste de la vida, la felicidad es lo único que vale la pena conquistar:
Voy para viejo.
Ya no hay mayor hazaña
que la alegría.
Los poemas de Hojarasca fueron escritos en Valencia durante los años 1999 y 2000 y lo único que he echo en falta en este libro póstumo es una breve presentación que nos hable tal vez del origen de estos poemas, porque no sabemos si el libro fue preparado por el autor antes de su muerte, o si fueron recopilados estos poemas por otra persona. Al final, un buen puñado de Hojarasca nos recuerda que lo fundamental son los breves pero intensos poemas por los que aún fluye la perenne verdad lírica de José Luis Parra. La pervivencia de su poesía se resumiría en los siguientes versos:
Rompe la frágil
hierba la losa firme
del pavimento.
 

5 comentarios:

  1. Descubriré a José Luis Parra con este "Hojarasca" que tendré en breve amigo Cristian. Creo que, al igual que tú, me voy a maravillar con sus haikus y tankas que, como sabes, es un género que me interesa mucho.
    Has hecho una reseña formidable. Ya sólo me queda disfrutar del libro que, seguramente, me sabrá a poco.
    Gracias por compartir.
    Saludos!
    Sandra.

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    1. Gracias a ti, Sandra, por acercarte a este rincón de lector. Te va encantar el libro y los poemas que contiene. Después de esto habrá que leer más libros de José Luis Parra. Un abrazo

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    2. Muchas gracias, Cristian por tu reseña, que Parra habría apreciado y disfrutado, ya que ese libro era un tema pendiente suyo. Son haikus escritos en su cuaderno y que seleccionamos juntos en su momento. Algo que no he hecho constar en el libro. Un fallo. De todos modos, el libro es ya una realidad y en él sigue vivo el poeta. Besos

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    3. No conocía la poesía de Parra, Susana. Fue un verdadera alegría para mí haberlo descubierto. Hacía mucho que disfrutaba tanto leyendo un libro de poemas (verdaderos libros de poemas). Ahora he adquirido otro libro suyo, publicado en Pre-textos. Ha sido un acierto la publicación de los haikus. Gracias a ti por el maravilloso trabajo. Un abrazo

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  2. Estoy empezando a descubrir a este poeta ylo que voy viendo me gusta mucho. No sabía que escribiese también haikus, estas breves composiciones que no por eso son menos poéticas .El nombre de poemario ," Hojarasca" , me ha resultado muy apropiado , pues aunque de alguna manera remite a restos, a algo sobrante y que en principio parece de poca importancia, pero que en realidad es verdaderamente sustancia nutricia , que dará lugar al humus que alimentaria en resurgir de la vida al llegar la primavera .Y de alguna manera coincido con esa visión,
    " Limaduras " he llamado yo al que recoje los míos,

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