lunes, 30 de abril de 2012

Frutas de jardines ajenos X

La vida es estrecha y yo soy ancho.
               
La gente corrompe a los animales.
               
Yo, como Sócrates, filósofo en lugar de hacer algo.
               
Sepa que cada persona guarda en sí un idiota y un estafador: el idiota es el sentimiento, y el estafador, la inteligencia.
               
Siento, querido amigo, que apenas me cree… Me alegro por usted. ¡Bien! ¡No crea al hombre! Porque siempre, cuando habla de sí mismo, ¡miente! Miente en la desgracia para despertar hacia él más compasión, y miente en la felicidad para que le envidien más, en todos los casos para aumentar la atención que le prestan.
               
Y es que la agonía del moribundo siempre es más natural y más fuerte que las descripciones más exactas y artísticas de la muerte.

Como todo, incluso la poesía pierde su santa sencillez cuando de ella se hace una profesión.

Son injustos aquellos predicadores que nos reprochan egoísmo, ya que, en el propósito desinteresado de ver a la gente mejorar, siempre nos olvidamos de nosotros mismos.

El alma del hambriento siempre se alimenta mejor y más saludablemente que el alma del saciado, he ahí la cuestión, ¡de la cual se puede sacar una inteligente deducción sobre la utilidad de los saciados!
Maksím Gorki, Los Vagabundos

miércoles, 25 de abril de 2012

Dedicatoria


Una chica se acerca y le pregunta:
–¿Ya estás inspirado?
Él con una sonrisa, le contesta:
–Sí. Dime tu nombre y ya me inspiro.


miércoles, 18 de abril de 2012

Frutas de jardines ajenos IX

Hay que aprender deprisa a ser antiguos.
                Jon Juaristi

Donde terminan las palabras empieza la verdadera conversación.
                José Luis García Martín

Tanto hace desvariar el temor a los hombres.
                Spinoza

Hay que ser muy valiente para vivir con miedo.
                Ángel González

Siempre he sabido apreciar las buenas ideas y siempre he procurado servirme de ellas en la medida de lo posible.
                Maksím Gorki

En sus claros ojos azules brillaba la pena.
                Maksím Gorki

La gente buena, si se piensa un poco en ello, ha sido siempre gente alegre.
                Ernest Hemingway

Mi memoria es muy buena para olvidar.
                Robert Louis Stevenson

domingo, 8 de abril de 2012

Los mapas perdidos, de Beatriz Viol

Cuando leemos los poemas de Beatriz Viol, galardonada con el Premio Gerardo Diego 2011 por su libro Los mapas perdidos, cada poema nos invita a leer otro poema. Quizás porque en ellos hay algo que recuerda el estilo de  Wislawa Szymborska. Los poemas de Beatriz Viol parecen sencillos, claros, pero son engañosos porque al final siempre sorprenden al lector con alguna ironía. Y eso resulta muy de agradecer.
Aquí les dejo una muestra.

Flores de las heridas

Mis carnes albergan huellas
de puñales que ya no me duelen.
Nacieron flores de las heridas,
espigas de trigo, pequeños frutos.

Dicen que ahora estoy más hermosa.

Por si acaso,
me arrancaré las flores
cuando me pesen demasiado.



jueves, 5 de abril de 2012

La voluntad, esa chispa

Y todo, como el diamante,
antes que luz es carbón.
José Martí
   Muchos tienen energía suficiente para la vida. La energía potencial en sus cuerpos.
Incluso tienen tiempo, pero no los utilizan. Les falta lo más importante: la voluntad y saber
ver lo que les conviene para seguir mejorando. Les falta la chispa para que arranque el motor.
Pues la vida es como un coche; aunque tenga lleno el tanque, no funciona si no le das la vuelta a la llave, y enciendes la chispa.
   Y por eso muchos culpan de sus fracasos a la falta de dinero, o a la familia, o a los profesores, o a su trabajo,  incluso algunos culpan a sus hijos. Todas esas cosas son solo excusas. En lo fundamental, solo dependemos de nosotros mismos.
   Si la mayoría de las cosas grandes e impresionantes fueran fáciles, el mundo sería una maravilla. Pero sabemos que lo bueno y grandioso siempre cuesta. Como suele decir un amigo mío, si las cosas importantes fueran fáciles, ¿qué mérito tendría hacerlas?

CDL
05/04/2012

martes, 3 de abril de 2012

Un poema para guardar en la memoria

Después de leer los poemas del poeta ovetense, José Luis Sevillano, ganador del I Premio de Poesía Universidad de Oviedo 2011, uno siente como si ha encontrado el poema que tanto ha estado buscando entre tantos otros. Este poema lo guardo para mí y lo comparto con todos.  Me imagino que lo seguiré leyendo, todavía, cuando yo ya esté muy viejo, sentado junto a la fogata, rodeado de mis nietos, si es que algún día los tengo, y tal vez, me siga trasmitiendo igual que ahora algún sinónimo de tranquilidad.

ALEJÁNDOME DEL CORRELATO  OBJETIVO

Yo, que he visto a la muerte muy de veras
en la piel amarilla de mi abuelo,
tumbado sobre el lecho y a la espera
de partir con el máximo silencio;

yo, que he visto a la muerte entre los huesos
del cuerpo devorado de mi padre
por las huestes del cáncer del infierno
en combate de fuerzas desiguales;

yo, que he visto la muerte de mi abuela,
en mis brazos sentí su último aliento,
con el rictus pacífico y sin queja
del que arriba en el reino de los cielos;

yo, que he visto a la muerte tan de cerca,
acampada a la puerta de mis días,
no mostraré flaqueza cuando vuelva.
Sin lágrimas será mi bienvenida.

José Luis Sevillano, La victoria en la derrota.