lunes, 26 de diciembre de 2011

La estrella de Navidad

Ayer he visto una estrella
cruzar el cielo de España.
Y parece ser la nuestra,
y en mi alma está reflejada.

Después la luz de esa estrella
se metió en una campana.
Y su son de media noche
me avisó que te abrazara.

II

Hoy vi a mi Dios sonreírme
en los ojos de la gente,
y mi gozo desde entonces
lo pueden ver en mi frente.

Deja abierto el corazón
y que entre la Navidad
y que nos llene de amor.

Olvidemos nuestra edad
¡con un gran sorbo de vino
y el abrazo de un amigo!


C.D.

24-12-2011

Cartas cruzadas

Markus Zusak
Cartas cruzadas
(Traducción de Matuca Fernández de Villavicencio)
Lumen, Barcelona, 2011.

Markus Zusak, cuando nació en Sydney, el año 1975, se llamaba Branko Cincovic. A los 19 años se cambió por el actual. Como escritor se dio a conocer internacionalmente con La ladrona de libros, también publicada por Lumen. Con Cartas cruzadas ganó en el 2006 el premio a la mejor novela juvenil. Zusak en este libro explora el mundo de la adolescencia y de la amistad y sitúa a sus personajes en los suburbios de una gran ciudad australiana. Es una novela juvenil, pero puede ser leída por adultos que encuentren interés en ayudar a los demás, sean conocido o desconocido, en aprender que los pequeños detalles de la vida son a veces lo más importante, o que las barreras y dificultades hacen más apasionante el hecho de vivir. Markus Zusak, al igual que Patrick White, nos ofrece lo mejor de la literatura australiana. Nos maravilla porque nos atrapa en ese mundo del que conocemos poco. Con ellos descubrimos ese continente.
En esta novela la historia nos la va relatando el mismo protagonista, Ed Kennedy de 19 años. Se gana la vida trabajando como taxista. Vive en una choza maltrecha, con un perro que se llama Doorman porque siempre está a la puerta y al que le encanta el café con leche. Y le acompañan unos amigos que viven como si no esperan nada de la vida. Ed sueña con llegar a hacer algo interesante en esa edad. Como Dob Dylan, que ya era un experimentado cantante en Nueva York, o como Salvador Dalí que ya había creado extraordinarias obras de pintura y rebelión antes de cumplir los diecinueve. Pero él sabe bien que es el fracasado de la familia, tiene una madre que solo lo llama para hacerle recordar que es un perdedor porque sus hermanos son todos universitarios y él solo un taxista que tiene un perro apestoso.
Pero después de un atraco a un banco, la vida Ed Kennedy cambiará para bien, porque logra atrapar al atracador en el mismo momento que sale del banco. Su nombre entonces acapara los titulares y se convierte en el héroe de la ciudad. Esa experiencia le hará sentirse útil. Y desde ese momento recibe cartas de naipes, la primera un as de diamantes, y en esa carta vienen escritas unas direcciones de personas a las que debe ayudar. Tratar de resolver los problemas de esas personas será su tarea.
Una de esas direcciones es la de una anciana, que vive sola y que se llama Milla. La tarea de Ed será hacerla compañía. Él con toda la buena voluntad cumple ese trabajo, porque sabe que no hay mayor satisfacción que la de sentirse útil. Le lee una novela varias veces. La lleva a pasear por los parques. Milla siempre le llama Jimmy y a Ed le encanta ser Jimmy. Para saber quién fue Jimmy, visita el cementerio, donde se entera de que había muerto hacía tiempo sirviendo a su país. Milla no lo sabe y lleva ya esperándole setenta años.
La otra dirección es la de una chica corredora, que se llama Sophie. Es guapísima y atlética, pero ignora lo que vale. Ed la hará descubrir su valor regalándole una caja de calzado vacía, porque ella solo es buena corredora si lo hace descalza. Con Sophie aprendemos que veces perder no significa que seamos malo en lo que hacemos.
Y la otra dirección es la de una casa donde vive una señora con su hija. Casi todas las noches es violada por su marido borracho. La tarea de Ed es hacer algo por la señora. Después de haber observado varias noches, al fin logra ir hasta la puerta de la casa y entrar en ella. Pero no se anima a entrar en la habitación, donde está el hombre borracho abusando de su mujer.
Uno de esos días un hombre llama a Ed por teléfono y le ordena que abra el buzón. Encuentra en él una pistola. Se pregunta “¿qué hago con esto?”, como cualquiera de nosotros haría. Una noche se decide a esperar al borracho en el camino, lo mete en el taxi y lo lleva a una zona de la catedral. Ed con la pistola, siente con poder de hacer lo que quiere y obliga al hombre a jurar que no volverá a hacerle más daño a su mujer. Para que su promesa tenga un sello, Ed dispara junto al oído del borracho que al instante cae aturdido en el suelo. Al día siguiente el hombre se marcha de la ciudad. Y desde entonces Ed oye a la mujer y a su hija reír en su hogar.
Cada vez que termina una carta, le llega otra y así ayuda a un cura a llenar la iglesia un domingo, invitando a todo el mundo con la promesa de que iba haber cerveza gratis. Y así muchos que no han conocido un cura tienen la oportunidad de ver y escuchar un sermón no apocalíptico. También ayuda a dos hermanos a conocer el honor e invita a un helado a una madre soltera con tres hijos y problemas económicos.
Se toma a pecho todos los desafíos, como si de ello dependiera su futuro, sin siquiera saber quién es el que le envía los naipes. Muchas veces se ha llegado a preguntar sobre ello.
Al final, cuando pensaba que ya había terminado su trabajo de arreglar la vida de los demás, recibe el último naipe: El comodín. Y en él vienen las pistas de las personas a las que debe ayudar y descubre que esas personas son los amigos con quienes comparte su vida diaria. Averigua los problemas de sus amigos, llegando a darse cuenta que no eran lo que aparentaban, que son mucho más especiales. Descubre que uno de ellos, Marv, tiene una hija a la que ni siquiera conoce, porque los padres de su novia lo rechazan. Ed buscará la forma para que Marv pueda conocer a su hija.
Pero cuando al fin acaba con el comodín, todavía le queda una duda: ¿Quién está detrás de todo esto? Y lo descubre en su propia casa.
El responsable es un hombre que lleva vigilándolo por durante todo un año. Y le dice que él organizó el atraco en el banco para que sucediera cuando Ed estuviera presente. Le dice también, que él ordenó al hombre borracho que maltratara a su esposa y todas las demás cosas. ¿Y por qué lo hizo? Porque Ed es la mediocridad en persona. “Y si un tipo como tú puede levantarse y hacer lo que tú hiciste por toda esa gente, tal vez eso signifique que todo el mundo puede. A lo mejor todo el mundo puede ir más allá de lo que se cree capaz”. El hombre responsable de toda esa etapa de la vida de Ed le señala una carpeta en la que toda la trama de su vida está escrita, como su si todo fuera un guión preconcebido. Todas las ideas, todas las personas a la que ayudó Ed, hirió o vio. Le dice que cada palabra que están diciendo en ese mismo momento está ya escrita en la carpeta. Y Ed, le pregunta: “¿Soy real?” Su interlocutor dice que mire en la carpeta. Y Ed después de que el hombre se haya marchado para desaparecer de su vida, lee la carpeta y encuentra que sería buena idea publicar todo lo que en ella se encuentra en forma de libro.
Markus Zusak, en estas historias que tiene mucho tinte realista, nos enseña a reírnos de nosotros mismos para así conocernos de verdad. Nos enseña que debemos dejar nuestra huella en el mundo, esa huella buena, esa pequeña semilla, para que a la larga crezca y arraigue. Nos ayuda a descubrir el amor, la verdadera amistad y la noble actitud frente a los que nos necesitan. Yo personalmente, después de haber leído este libro, me siento como si hubiese aprendido algo que tenía olvidado. Lo bueno de las mejores historias es que siempre cuentan algo que tienen que ver con nosotros.

C.D.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Frutas de jardines ajenos V

Decidimos comernos al amor porque
el hambre era mucha y el amor un desperdicio.
   Valter Hugo mae

Las leyendas, como las flores más bellas, crecen de la negra tierra.
   Tomaz Zalamun

El aburrimiento es el humus fecundo del que brotan los versos. Y todo lo que vale la pena.
   José Luis García Martín

Solo muere
un amor que ha dejado de soñarse
hecho materia y que se busca en tierra.
   Pedro Salinas

El cadáver de un sueño es carne viva,
es un hombre de pie, que tuvo un sueño,
y alguien se lo mató.
   Pedro Salinas

La lluvia sabe
un secreto de infancia
que yo he perdido.
   José Cereijo

Papá lleva unos cuantos perdigones en el cuerpo; pero no se preocupa, porque no pesan mucho.
   Mark Twain

La conciencia ocupa más sitio que todo lo demás que uno lleva dentro y, sin embargo, no sirve para nada.
   Mark Twain

Es tan frío el dolor como la nieve.
   Juan José Vélez Otero

Lo que decimos no siempre se parece a nosotros.
   Jorge Luis Borges

"Siempre" es una palabra que no está permitida a los hombres.
   Jorge Luis Borges

Quien hizo el verso, amor, hizo la trampa.
   Juan José Vélez Otero

sábado, 10 de diciembre de 2011

A Santianes de Grado

Miren a donde he venido a soñar,
he pasado la fresca sombra
hasta aquí me trajo el trabajo.
Alzo la vista a los cuatros cardinales
y celebro este día tan nuevo y tan antiguo.
Estoy en el pueblo de Santianes, un pueblo en las alturas,
como un Olimpo, se yergue, solitario
y al mismo tiempo tiene algo de campanas, de grillos, de pájaros de caleya
que cantan en su garganta.

Uno ve, de vez en cuando
a algunos transeúntes trazando con sus varas
itinerarios y paisajes, buscando las huellas del Apóstol.
Y mi alma que está en los andamios,
pintando paneras con mi sudor, calla.
Intoxico mi ser y desvaría mi cerebro
y mis huesos se quedan en la escalera lijando sueños
duros como el castaño.
No desciendo para comer, prefiero ayunar para alimentarme.
Hoy no he rezado –me reta mi alma.
Estoy esparcido por no concentrarme,
el viernes se hace eterno como el sol de la canícula.

La carne no se contenta con lo que no es suyo.
¿Hasta cuándo resistiré? –me pregunto.
Tengo tantas interrogaciones que colapsan mi cabeza,
los signos aparecen en la pared, en los charcos, en los vidrios rotos.
Una enorme interrogación, como un garfio por mi cuello llevo.
Y me rindo, porque buscar las respuestas a las cosas es difícil.
Detrás de cada interrogación hay una verdad
y detrás de la verdad otra interrogación
como si la verdad fuera el traje de la interrogación.
Quisiera montar una mariposa que vuela embriagada entre las llamas,
bailar como borracho con su baile helicoidal.
Admiro las arañas tejedoras
que con paciencia día a día vuelven a tejer.
Si alguien destruyera, mi trabajo cómo me quejaría,
renunciaría, lo dejaría todo.
Y me pongo en el lugar de las arácnidas
y me doy cuenta que tengo que seguir perseverando.
Cuando tengo paciencia a mí alrededor, hay un ángel en mí.
Permanezco sentado, pero hace rato que ya no estoy aquí
hace un día que estoy junto a ti
hace rato que te ando mordiendo los zarcillos
hace rato que ando acariciándote con mis dedos tu melena.
He saneado la fachada
recogido la tierra que cayó,
recogido mis pies, mis manos, las palas y las brochas.

C.D.

martes, 6 de diciembre de 2011

Cuando todo se acabe


Pero es bello amar al mundo
con los ojos
de los que no han nacido
todavía.

Otto René Castillo



Hoy me encuentro donde nunca he pensado estar,
donde tal vez no vuelva estar .
He visitado la tierra como cualquier otro turista
y lo he convertido en algo desechable
y cada día se vuelve solo pasado.
Me encuentro en Grado en la calle Asturias,
esperando que alguien venga a recoger mis huesos.
Y miro el cielo nublado y cóncavo
y miro al hombre que camina despejado y perfecto,
miro los perros que sonríen, me miro a mí mismo,
en los escaparates, donde mis sueños son intocables.
¿Dónde me buscaré? ¿Dónde me encontraré
si desconozco mi parada futura?
Y vuelvo a indagar, cierro mis ojos
y lo único que veo son mujeres rodeadas de satélites.
Veo lo que quiero ver.
Veo la tierra que no evapora su llanto,
veo al viejo sol, arañando con sus uñas la tarde
y las olas enrollarse en la ribera.
Veo al peón sudoroso empujando la carretilla.
Si vuelvo a nacer quisiera ser yo otra vez, el mismo después de tantos años.
¿Dónde estaré? ¿y qué otro animal seré,
qué rostro me pondrá el tiempo?
Una niña pasa escuchando con el auricular
la música de su corazón,
una anciana me sonríe, desde el banco observa a todos,
y Orfeo, después de despedazado por las ménades,
su cabeza flotando sigue cantando por el Nalón,
el primer río asturiano que vi, deslizándose bajo mis ojos.
¿Quién pondrá en su sitio los coches cuanto todo se acabe?
¿Quién conducirá los edificios grises, fríos, sin espíritus ya?
¿Quién recogerá la basura de las calles? ¿Otra vez el viento?
¿Quién regará el jardín, quien esperará a los niños
a la salida de la escuela cuando todo se acabe?
¿Quién recogerá las leñas? ¿Otra vez el viento?

Nadie, nadie; suena escalofriante.
Los periódicos ya no nos mostrarán las noticias,
las veremos en vivo, en nuestra frente
porque somos los protagonistas
de este apocalipsis a largo plazo.
Los poetas ya no crearán a los dioses,
ya sus gritos no serán escuchados.

El mundo en que estoy
a su jinete lo va a tirar,
más allá de la valla que separe
el renacer del silencio eterno.

Pero hay una esperanza en unos ojos –dice mi alma.
Esa mirada que me borra y los labios que me fuman
parecen ser que conocen mi existir,
conocen las hebras y lo que piensan mis dedos,
me sueñan, en las caricias me van formando.

Alguien llama a la puerta. Será el destino o la soledad
o podría ser el amor que hace mucho
que no visita estos sitios inhóspitos.
La calle Asturias, lugar de este momento
donde mis ganas de seguir se disuelven como el azúcar en el instante.
Me desvanezco, mi cuerpo me espera en el asiento del coche,
espera que alguien venga a recoger mis huesos.
De repente abro mis ojos y veo todo.
Cada paso, cada gesto que hace la vida cambia.
Cuando algún día, cuando todo se acabe,
cuando el ser humano se derrumbe solo
y deje de llamarse “ser”,
volverán los árboles, volverán los ríos azules
donde cautivado quedó el primer hombre
al mostrarle el fulgor del rayo su rostro,
donde se golpeó tantas veces el pecho
de donde le brotaron las frutas venenosas,
el orgullo, la arrogancia y todo lo que encadena su fin.

Volverán las raíces antes de evolucionar a secuoyas,
volverán a invadir los desiertos.
Los planetas volverán a bailar en corros
como hacen los indios alrededor de la gran fogata,
serán todos como la tierra
volverán a ser todas tierras
y no habrá más extraños indagando
en su útero verde con manos sucias
y no habrá contaminación manchando su piel verde añil.

Algún día, cuando el motor de los coches deje de rugir
y alguien venga a apagar la luz,
volverán los sueños que abandonaron mis trémulos ojos.

Y yo seguiré cantando al arco iris,
recogiendo en mi cántaro
el sonido del aire, la luz de la cigarra colorada
que vuelve del estero convertida en mariposa.
Guardaré el baile del halcón, la mirada del perro bajo la mesa.
Y allí seguiré con el escudo del sol
calcinando mis huesos hasta el final del tiempo
que me ha sido concedido.

 
C.D.

martes, 29 de noviembre de 2011

He decidido apostar por mi formación

He llegado a una etapa de mi vida a la que he llamado: Estación La Alegría. Porque en esta etapa tengo todo lo que necesito, lo que me hace feliz, aparte de que me sobra tiempo, quiero decir que aún soy joven y saludable, ya estoy en regla con los papeles, y en mi mesa no me falta el pan, ni el amor y verdaderos amigos de quienes aprendo cada día una palabra nueva. Y tengo varias bibliotecas a mi disposición para hablar con gente más sabia que yo.
Aunque, eso sí, el dinero por ahora no lo voy a acumular en esta etapa de mi vida en España, pero sí voy a enriquecer mi espíritu a través de la cultura, porque he decidido apostar por mi formación. He decidido crecer dentro de mí mismo. Quiero ser un sueño hecho realidad, mío y de mi madre que me espera ansiosa, tal vez, en algún lugar de esa tierra mía, para verme por fin siendo alguien, al menos buena gente.
Así que hoy emprendo esta aventura que no sé a dónde me llevará, pero siento en mí un cambio total, que algo mejor me depara el destino, pues la vida es ir adelante y a mí me gusta andar. Y hago esto porque un verdadero hombre debe elegir lo que le conviene y yo he elegido estudiar. Como diría esa luz que es Facundo Cabral, he elegido ser Águila por amor al gusano o algo parecido, al menos saber escribir correctamente y poder ser útil a toda la gente que me rodea.
Así que amigos, voy a intentarlo y si fracaso no será porque no lo intenté…

C.D. 29/11/2011

jueves, 10 de noviembre de 2011

PARAGUAY EN LA POESÍA Y EN LA MEMORIA

El próximo miércoles 16 de noviembre a las 18:30 horas, en el Centro Hispano Paraguayo de Madrid, tendré la oportunidad de leer unos poemas de Elvio Romero y algunos míos.
Voy a ser presentado por José Luis García Martín.
Ya todos están invitados.


sábado, 5 de noviembre de 2011

Humo-sapiens

“La gloria, es dulce” me dice una voz.

La catedral de Oviedo
No soy el héroe que buscáis,
valquirias de alas rotas, de rostros estelares.
Solo soy uno más
atraído por el imán de la tierra
del cual sin querer soy otro esclavo.
Pero a pesar de la noche que me oculta la luz
procuro seguir esos pasos
las huellas en el desierto
que tal vez, me hagan volver,
junto a esa que cocinando, y cantando
en bicicleta va pensando en mí.
¡Sí, señor!
No creo en el futuro,
creo en esas manos que se agitan al verme.
Solo conozco un camino: el presente.
Desconfío del destino
de mil rostros de espejos,
alma ingrata que engendra sorpresas.
Por eso me anticipo a sus desgracias
disfrazadas de carnavales,
lo remedio con volver a intentarlo siempre.
Soy la hormiga que sube la montaña
tras una miga de esperanza
y soy la oruga anillada que medita cual Buda
en su bola de lana, tranquilo y tibio.
Seguro como el feto en el útero de la madre.
¡Sí, señor!
En el fondo es todo lo que busco:
Ser protagonista del sitio que ocupo.
La verdadera gloria es identificarme
como humo-humano,
si al final eso es lo que soy.
Subir, subir alto
y desaparecer...

C.D.

jueves, 20 de octubre de 2011

Ynambu



Aretéma ekirirĩ che hegui.
Ha’eténte chéve ahetũ
che pirére pe tanimbu
ojehekýiva’ekue nde pepógui
nesãso ronguare che ñuhái
peteĩ ka’aru pytũ.

Hi’ãnte ajevyjey
amo che retãme.
Ha roheka umi ñúre
térã kuarahy ru’ãre.

Oúnte chéve sapy’a
nande resaiteimaha.

Ha apáyrõ pyhare pyte
ahendúvaicha nde purahéi
ha ko’ýnte añandu
reguata che rapykuéri.

Ha ajerérõ ndo rotopái
hi’ãnte che rasê térã asapukái.

Anivémana eñembohory
ko ikangývare nde rehe’ŷ.

Ko’anga apáy sapy’a
aikuaa evy’aha
nde ñoatindýre,
pe kuarahy rataguýpe.

Upévare nde rendápe ajevýta
ha añotŷta avati,
ndaipo’ovéima nde yvoty kokuere,
pende pytu asaje
Ikatu haĝuáicha ejujey
ejehaitypo che tapýi guýpe.
 
C.D.
20-10-2011

miércoles, 31 de agosto de 2011

Frutas de Jardines ajenos IV

Inundará el invierno todo mi ser: temblores,
odios, cólera, horror, labor dura y forzada.
Y, como el sol clavado en su infierno polar,
un bloque helado y rojo será mi corazón.
Baudelaire

El silencio del indio es lo que duele, no su noche tan negra,
no el peso que lo aplasta.
Luis Alfredo Arango

Mi corazón no tiene la espantosa fealdad de mi rostro.
Baudelaire

Las sonrisas, los suspiros y los besos:
palabras sin sintaxis.
Ernesto Cardenal

Soy tan pequeño que el día apenas cabe en mí.
Cesar Vallejo

Nunca, sino ahora se me acercó un niño y me miró
Hondamente con su boca.
Cesar Vallejo

Una casa viene al mundo, no cuando la acaban de edificar
sino cuando empiezan a habitarla.
Cesar Vallejo

La leña verde no arde tranquila;
Habla como cotorra, suda, se contrae, llora…
Miguel Angel Asturias

Envejecer es esto:
que muera el corazón sin que se pare.
Antonio Rivero Taravillo

Después de la amargura y después de la pena
es cuando da la vida sus más bellos colores.
José Hierro

El amor lo aprendí de un solo beso.
Pablo Neruda

No me gusta
el hombre
sin mujer,
ni la mujer
sin hombre.
Pablo Neruda

Si sobre dos cabezas
cae la nieve
es dulce el corazón
caliente de la casa.
Pablo Neruda

¡No tentéis más, placeres, a un corazón sombrío!
Baudelaire

¡Oh envidia, raíz de infinitos males y carcoma de virtudes!
Cervantes

Nacemos con una estrella, buena o mala y con ellas nos estrellamos.
Gabriel Casaccia

Trazó una vaga señal de la cruz en el aire con la mano en que llevaba el látigo.
Gabriel Casaccia

Necesitamos del espejo de los libros para vernos, o para descubrirnos…
Gabriel Casaccia

Si encontramos lo que nos rodea triste y tedioso, es porque llevamos la tristeza y el aburrimiento con nosotros. Usted sólo encontrará fuera lo que lleva dentro.
Gabriel Casaccia

Viviendo, todo falta
Muriendo, todo sobra
Lope de Vega

Cuando llegue la lívida mañana,
mi hueco vacío encontrarás
y helado seguirá hasta la noche.
Baudelaire

Todos los días veo
mujeres solitarias
que por ti me preguntan.
Pablo Neruda

miércoles, 24 de agosto de 2011

Un español paraguayo


Rafael Barrett
El dolor paraguayo y Lo que son los yerbales
Capital Intelectual, Madrid, Buenos Aires, 2010

Después de leer este libro que más que libro es un mapa del sufrimiento, de la realidad del Paraguay, ya no he vuelto a ser el mismo. Siento como si todo este tiempo mis ojos hubieran estado cubiertos por una nube que no me dejaba ver las llagas que iban pudriendo mi alma. He quedado emocionado con cada palabra dicha, reflexionada filosóficamente por este hermano. Con este libro, cuyo índice fue preparado por el propio Barrett poco antes de morir, recupero la dosis de identidad que me faltaba. Un libro, una historia, un cuadro donde se retrata, como dice su título, El dolor paraguayo, un libro que es un tesoro en sí, que es la miel que podría calmar la herida que abre el olvido, la guerra que genera a la esclavitud, la pobreza que genera la ignorancia y todas cosas que vuelven peor nuestro mundo.

En cada línea de este libro se refleja el amor por la tierra que lo engendra todo como sinónimo de mujer. Con sus capítulos nos invita a mirarnos en el espejo de la historia para decirnos que los grandes países antes de llegar a su plenitud pasan por los más grandes obstáculos.
Y es que cuando Barrett pisó la tierra paraguaya, se quedó con la boca abierta, viendo que nadie hacía nada, que nadie lloraba, que nadie podía huir, vio al niño sin ningún gesto en la cara. Dejó caer su maleta, se arrodilló como quien vuelve después de un largo viaje y encuentra frente a sí la casa quemada. Luego palpó la tierra y se manchó de sangre las manos, la sangre era el llanto, era el grito mudo que sólo él pudo escuchar. Por eso dijo “¡basta!”. Era un soldado desconocido que aborrecía el oro manchada de sangre (“reíos del oro, símbolo vació de la energía humana”), aborrecía la esclavitud, aborrecía al falso doctor que adorna su oficina de libros que nunca leyó.
También defendió al idioma guaraní y pronosticó positivamente que “los enamorados, los niños que por vez primera balbucean a sus madres, seguirán empleando el guaraní…” porque es el idioma de esta tierra, el idioma que amamanta nuestra raza.
En el capítulo “La poesía de las piedras” invoca a la piedra blanca que da la dicha (y la piedra de color negro la desgracia), diciendo: “Piedrecita blanca, escondida en el nido del cabureí, compadécete de las cándidas nostalgias de un pueblo castigado, y adorna su abandono con las imaginaciones de lo imposible”.
En el capítulo “Diabluras familiares”, basado en las creencias paraguayas, nos dice que todo a nuestro alrededor tiene un mensaje: “¿Tropezáis en el umbral? Vuestra mujer o vuestra novia os engaña. ¿Os pica el centro de la mano? ¡Dinero! Volved la palma hacia donde lo haya y os irá a maravilla.” También descubrimos curas que parecen insólitas hoy en día, pero que de alguna manera han tenido éxito. Por ejemplo, nos dice cómo solucionar el orzuelo, también llamado mal de viudas. “Quien padezca frecuentemente de orzuelos, se casará con viudo. Para curarlos no hay sino un procedimiento: pasarse el brazo por detrás de la nuca, y frotarse el ojo con el dedo medio mientras se dicen los nombres de siete viudas”.
Y va mirando a las mujeres paraguayas y dice: “Son ellas las que afrontan, indefensas, la dura realidad. Son ellas heroicas, las que despiertan la fecundidad de los campos…; las que hilan y tejen y cosen… En verdad estas mujeres amamantan a su patria”, y mira a los niños tristes que no corren, no saltan, no juegan, cabizbajos como si fueran sus cuerpos de madera; nunca ha visto niños tan serios. Y mira el obrero y lo ve y se maravilla diciendo: “obrero no quiere decir esclavo; quiere decir creador”. y canta a la tierra con un acento que parece de Walt Whitman: “la santa tierra, la madre inmortal, doblemente madre, porque después de darnos la vida, nos ofrece el reposo”. Y nos dice que el cambio de un cuerpo, primero sucede en la célula. Es un mensaje al cambio de la mentalidad del paraguayo.
Y en los capítulos “Los trofeos” y “El estado y la sombra” hace una profunda crítica a uno de los responsables de la Guerra Grande denominada Triple Alianza contra el Paraguay. Y escribe: “Los paraguayos que disputaron su tierra a los que la invadieron, madres que defendían a sus hijos, hijos que defendían a sus madres, son digno de respeto y de piedad… En la Argentina no se debía recordar la guerra del Paraguay sino con sonrojo y remordimiento. Esa guerra de exterminio ha sido una gran vergüenza… Vergüenza sí para los gobiernos, para los jefes. Vergüenza para los diputados de la cámara argentina que evocan con orgullo hazañas de salvajes y se atreven a decir que la guerra del Paraguay se hizo ‘con hidalguía y humanitarismo’, que fue ‘obra redentora, libertadora’. ¿Humanitarismo es el aniquilamiento de una raza? Aquí no se trajo la libertad, sino la muerte. ¿A quién se ha dado la libertad, ¡oh! ‘hermanos’ generosos? ¿A un montón de cadáveres?... No son los funcionarios, los políticos que borrarán las fronteras. No los que pavonean y gozan, sino los de abajo, los que trabajan, sueñan y sufren, son los que realizarán la fraternidad humana”.
En este libro sentí el sabor dulce de la poesía, la lógica evidente del ensayo y la magia fantástica del cuento y de las leyendas que habitan nuestros sueños y que vuelan de generación a generación.
El gran hermano que tuvimos, que nos amó y nos enseñó a defendernos culminó su libro de artículos referente a nuestra tierra diciendo: “Paraguay mío… ¡no mueras! ¡No sucumbas! Haz en tus entrañas, de un golpe, por una hora, por un minuto, la justicia plena, radiante, y resucitarás como Lázaro”. Yo, después de leer esto ya no quiero darme por vencido.
El profeta Barret anunció muchas veces que ya nadie, sea paraguayo, sea extranjero, deshonrará a nuestro país, porque él supo nuestro valor, supo que algún día debíamos despertarnos y cambiar uno a uno y trabajar por reconstruir nuestra patria como las hormigas reconstruyen todas juntas su nido, defendiéndose unas a otras.
Os invito a conocer, con Rafael Barrett, el Paraguay con cada capítulo. No hay página en este libro que no resulte inolvidable.

Cristian David López
21/08/11

martes, 23 de agosto de 2011

Frutas de Jardines ajenos III

Elige con cuidado tu vestido
-el negro es perfecto para seducir a las sombras.
 Herme G. Doris

No sé si aún es posible escribir como Góngora, pero todavía es necesario leer como si todo fuera gongorinamente alambicado, para sacar oro de las profundidades del texto. Así me gusta escudriñar el mundo, porque todo es literatura.
Javier Almuzara

Solo está solo el que estando solo está mal acompañado.
Javier Almuzara

Quien no sale de la soledad no sabe quién es, y quien no se retira de la sociedad no conoce el mundo.
Javier Almuzara

Malo, es realmente, el hombre que no tiene una mujer que llore por él.
Sir Arthur Conan Doyle

Soy el único extranjero
que nació en esta ciudad.
Cristian Gómez Olivarez

No he encontrado mejor manera de amar a los demás que el ejercicio de la poesía.
Joan Margarit

¿Será que entre los hábitos
de la memoria está
el de olvidar la vida
como se olvida el sueño?
Herme G. Doris

Solo tiene algo suyo quien todo lo ha perdido.
José Ángel Buesa

Así que no los mires con fijeza,
pues verás el túnel.
Felipe Benítez Reyes

Hay un problema entre nosotros: tú
vives dentro de mí y eso es muy grave.
Alberto Vega

Las mujeres que quiero van otros.
J. M. Fonollosa

sábado, 20 de agosto de 2011

Nuestro dulce idioma guaraní

   Aún sigo escuchando y viendo el desprecio de algunos compatriotas por el guaraní. Aún siguen creyendo que este idioma es la rémora, el culpable que no nos permite salir a flote en diversos campos intelectuales, creen que el guaraní es el causante de la falta de progreso de las personas. Aún siguen pensando que el guaraní es signo de bajeza, de campestres, de ignorantes.
   Conozco padres de familias que han prohibido a sus hijos hacer uso del guaraní, llegando incluso a castigarles. Yo a eso sí que lo llamo ignorancia.
   ¿Pero qué clase amor al país es ese, qué orgullo?, me pregunto, ofendido¬ Si el guaraní es lo que nos distingue de los demás… Su ritmo, su acento alegre y musical es lo que hace que estén contentos cuando, entre la multitud, entre los extranjeros, en otro país, dos paisanos que se encuentran y se hablen. Gracias al guaraní tenemos nuestro propio mundo, dentro de él nadie nos puede atacar, porque es la coraza que protege nuestra identidad. El guaraní es el idioma que invita, que ofrece sin pedir nada a cambio. Yo lo hablo todo los días, lo canto, incluso hablo solo conmigo mismo en guaraní, porque soy el único que puede entenderme lejos de mi país. Y es que cuando hablo en guaraní no siento que estoy tan lejos del Paraguay.
   El guaraní también ha sufrido persecuciones para llegar vivo hasta aquí, igual que nuestro país. A pesar de todo aún sigue latiendo en nosotros, no hay que apagarlo. Es fuerte, es persistente como nosotros.
   Eliminando el guaraní de nuestra vida no vamos a modificar, ni aumentar nuestra inteligencia, lo único que haremos es ser menos paraguayos. Lo que sí deberíamos hacer es aprender bien tanto el castellano como el guaraní. Esa sería la clave para que todo marche mejor. Y cada lengua para su propósito: el español para lo comercial y para relacionarnos con los cuatrocientos millones que hablan esa lengua; el guaraní para los momentos alegres y para preservar nuestra identidad nacional. Más vale tener dos herramientas complementarias que solo una, aunque un idioma es algo más que la mejor de las herramientas, es nuestra manera de ver el mundo.
   Rafael Barrett vio su valor, vio en el guaraní nuestra riqueza, y lo calificó como un “dolor paraguayo”, porque fue testigo del acoso a que estaba sometido. Lo defendió a pesar de que no sabía hablarlo. Se ponía feliz cuando escuchaba alguna polka.
   Resulta curioso que otros valoren lo que nosotros, que somos sus dueños, no. Dijo Barrett: “Contrariamente a lo que los enemigos del guaraní suponen, juzgo que el manejo simultáneo de ambos idiomas robustecerá y reflexibilizará el entendimiento”.
   No hay duda que él vio todo lo que nosotros no vemos. Conocer nuestra cultura, valorarla, es la única forma de crecer y enriquecernos. Es la manera también de conocernos mejor. A veces el estar lejos, como yo y tantos lo estamos de nuestro país, ayuda a ver la realidad. Y a valorar adecuadamente lo que, por estar en contacto con ello todos los días, acostumbramos a despreciar.


CDL
Oviedo-Asturias
19/08/2011


miércoles, 27 de julio de 2011

Frutas de Jardines ajenos II

Entre más nos golpean, cuando se defiende una causa justa; más dignos nos sentimos.
Ponciano Arriaga

Puesto que la naturaleza te hizo al nacer pequeño y desnudo,
Acuérdate de soportar con paciencia el peso de la pobreza.
Pseudocaton

El presente es de todos. Nadie pierde el pasado ni el porvenir, pues a nadie pueden quitarle lo que no tiene.
Augusto Roa Bastos

Ya que no hablamos para ser escuchados sino para que los demás hablen.
Nicanor Parra

La ficción no reproduce la vida; la niega oponiéndole una superchería que finge suplantarla.
Vargas Llosa

Los poetas no cumplen sus palabras
si no cambia los nombres de las cosas.
Nicanor Parra

Lo que es despreciable, aprécialo; lo caro, no lo valores:
así, a nadie parecerás ni envidioso ni avaro.
Pseudocaton

El corazón mezcla amores. Todo cabe en ese redondo universo. Pequeño cerebro que late como si pensara.
Augusto Roa Bastos

La ficción también es una purga.
Vargas Llosa

No desprecies las fuerzas de un cuerpo débil;
a quien la naturaleza negó la fuerza, dio la inteligencia.
Pseudocaton

Aprende algo, porque, si de repente te deja la Fortuna,
queda el talento, que nunca abandona la vida del hombre.
Pseudocaton
En vuestros oídos habito yo, la escurridiza Eco:
y si deseas pintarme tal como soy, pinta el sonido.
Ausonio

domingo, 24 de julio de 2011

DON QUIJOTE EN EL PARAGUAY



Yo, igual que Juan E. O’Leary
Creo en el gran Quijote
que tuvo el Paraguay:
Francisco Solano López.



DON QUIJOTE EN EL PARAGUAY

... Y un día Don Quijote pasó por nuestra tierra,
en ideal cruzada, cruzado caballero,
erguido en los estribos, el continente fiero,
por la razón negada y la justicia en guerra.

Y en la vasta llanura y en la empinada sierra
aun queda de su paso, marcada en el sendero,
la señal sanguinosa del luchar tesonero
contra la fuerza bruta, cuyo poder aterra.

De su lanza en astillas los restos dispersados;
de su espada en pedazos los añicos violados,
a los flacos del mundo ya no defenderán;

¡que, tras de cinco años de lidiar, temerario,
frente a triple enemigo sucumbió solitario,
orgulloso y altivo, junto al Aquidabán!




O'LEARY, JUAN E. : Ciudad de Asunción, 1879 - 1969. Periodista, historiador, político, poeta y ensayista. Integró la promoción de escritores de 1900 cuyos miembros - Manuel Domínguez, Manuel Gondra y Alejandro Guanes, entre otros - son los verdaderos fundadores de la cultura paraguaya moderna.-
Como los demás integrantes de su grupo, Juan E. O'Leary escribió cuando todavía estaba muy vivo el recuerdo de la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870) y en su obra trató de afirmar los valores espirituales de una nación que renacía de la catástrofe.-
Conocido reivindicador de la figura del mariscal Francisco Solano López -quien sostuviera esa trágica guerra y muriera en su última batalla-, O'Leary exaltó en su obra el heroísmo con que el Mariscal López luchó y sucumbió en la contienda.-


Cristian David López

jueves, 21 de julio de 2011

La noche de los fuegos.wmv



LA NOCHE DE LOS FUEGOS

Y en la playa te vi, sola, al llegar,
y allí, sobre la arena, ardía el cielo
y el aire susurraba entre tu pelo
y bailabas la música del mar.

Y esta vez me tomabas de la mano,
y nos íbamos riendo hasta un portal
y mis ojos te abrían en canal
y tus besos sabían a verano.

Y la noche se nos quedaba escasa.
Y la lluvia traía al sol llorando
y apagaba tu boca porque quema.

Y yo no regresaba solo a casa.
Y tú no preferías a Fernando.
Y yo nunca escribía este poema.

Rodrigo Olay

domingo, 17 de julio de 2011

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DESPEDIDA

¿Quién se aleja de mí en esta noche
en que no hay nadie junto a mí y suenan
insistentes teléfonos muy cerca,
en la casa de al lado, en otro mundo?

¿Quién me susurra adiós desde tan cerca
que su aliento me abrasa la mejilla?
¿De quién son las lágrimas que caen
furtivas en mi mano y en mis labios?

Nunca he tenido miedo de estar solo.
De no estar solo sí que tuve miedo
aquella noche de hace veinte años.

De aquella noche no recuerdo nada.
¿Quién eres tú, que lloras y te alejas
descalza, por la orilla de mi sueño?

José Luis García Martín

La partida.wmv



LA PARTIDA

La tarde de tu marcha la recuerdo
más tediosa que triste, interminable:
un tren que no acababa de llegar
y el impaciente frío del andén.

La tarde de tu marcha no fue triste,
fue sólo un anticipo del infierno.
Se borraban palabras en la niebla
y sonrisas también, y algún bostezo.

Ni siquiera recuerdo a dónde ibas
tan sola y sin billete de regreso,
yo miraba el reloj con aire ausente.

Estés en donde estés no estás a gusto,
por eso vienes cada noche a verme
y algo me dices que entender no quiero.

José Luis García Martín

domingo, 10 de julio de 2011

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Un poema a Paraguay de Esther María Osses , poeta panameña.

AMOR SU SIGNO


¿Por qué anunciaste con amargo acento
urutaú, la pérdida del nido?
El Paraguay existe. No ha caído.
Urutaú, publícalo en el viento.

¿Qué fuerza primordial le da sustento?
Vive, vuelve a vivir recién herido.
No conoce la muerte ni el olvido
la novia guaraní de extraño cuento.

Tierra sitiada de infortunio tanto,
siempre lo mismo, ardiendo como un canto,
entre los montes tímida paloma.

El agua es su deidad, amor su signo.
No hay la palabra para el dios maligno
en su invencible, musical idioma.

Homenaje al Maestro Facundo Cabral

Mi madre, encinta, bailaba con mi tío loco por el hachazo que todavía llevaba en la cabeza; bailaban a los saltos, de punta del patio agobiado por malvones.
¿Qué pasa afuera? – pregunté.
- Estamos festejando tu inminente nacimiento -contestó mi madre.

Así empieza Paraíso a la deriva, las memorias escritas por Facundo Cabral, de 74 años, que el sábado fue acribillado en el aeropuerto Internacional La Aurora de Guatemala. Iba a viajar a Nicaragua, donde continuaría con su gira de despedida por América Latina.
Fue mudo hasta los 9 años, analfabeto hasta los 14, enviudó trágicamente a los 40, conoció a su padre a los 46 y sobrevivió a una pobreza extrema. Fue el más pagano de los predicadores. Nos ha hecho reír, reflexionar, dudar, confesar, nos ha hecho más sabios y felices. Y lo recordaremos porque, como diría él, las cosas son de los que aman y nosotros lo amamos.
Antes de conocer a Facundo, pensaba yo que era el único en el mundo cuando en verdad estoy entre siete mil millones de personas.
Y me di cuenta con él, que en todo este tiempo nunca he estado deprimido, sino solamente distraído. Distraído de la vida que me puebla. ¿Cómo puedes estar distraído?, me preguntó él.

Tienes corazón, cerebro, alma y espíritu, entonces cómo puedes sentirte pobre y desdichado. Distraído de la vida que te rodea; delfines, bosques, mares, montañas, ríos. No caigas en lo que cayó tu hermano que sufre por un ser humano cuando en el mundo hay siete mil millones de personas. Además, no es tan malo estar solo, es más, yo la paso bien decidiendo a cada instante lo que quiero hacer. Y gracias a la soledad me conozco, algo fundamental para vivir. No caigas en lo que cayó tu padre, que se siente viejo porque cumplió 70 años, olvidando que Moisés dirigía el éxodo a los 80 y Rubinstein, interpretaba como nadie a Chopin a los 90, por sólo citar dos casos conocidos.

Y ahora ¿cómo evitar estar triste cuando tu vuelo se ha adelantado, pero te veo en mente tan claro diciéndome: ¡Me he liberado de mi cuerpo que es tan molesto! Ya sabes: “Tengo hambre, tengo frío, tengo sueño, tengo ganas, tengo razón, tengo duda”

Hoy sé que Facundo nació: para seguir infinitos, para que sus ojos lo bebieran todo, para tener que aceptar, dolorosamente, que aunque uno haga mucho, lo esencial será postergado hasta lo infinito. También nació para leer a Schopenhauer y a Nietzche. Nació para descubrir a Kafka y para morir con él, entre tortugas y flechas.
Facundo decía cuando los días eran luminosos: Las canciones son mi cuerpo volando, haciéndome fosforescente, es decir poeta; muchos se casaron por mis canciones, por eso me odian, muchos se separaron por ellas, por eso me aman…es decir que soy amado por lo que odio y odiado por lo que amo.
Nació para presentarme a Walt Whitman. Para decirme que cualquier duda le preguntara a Borges.
Siempre recordaré el tema que compuso. Perdóname, Señor. No quiero ser un ciudadano. Yo quiero ser un hombre como me has creado.
Facundo, sentado en el escenario con una gafa oscura y sonriente, mientras arpegiaba su guitarra en mí menor, soñaba y recitaba:

Yo soy Facundo Cabral y ahí no termina la cosa,
Yo soy hijo Sara y con eso es suficiente.
Soy el orgullo de mi abuela que es la vergüenza de mi familia
Por mi abuela empecé a leer la Biblia a la altura de la Magdalena.
Mi abuela pensaba que hacer el amor alargaba la vida.
Por eso le llamaba la atención que Borges haya vivido tantos años.
Soy la peor parte de Isabel ,
que es mi mejor parte.
Ella no puede vivir sin mí y yo la comprendo
porque yo tampoco puedo vivir sin mí.
Y a mi edad ya casi con derecho
a los incoloros privilegios del escepticismo,
a pensar como pensaba Mark Twain en su madurez que decía:
"A mi edad cuando me presentan a alguien
ya no me importa si es bueno, malo, rico,
pobre, negro, blanco, judío, musulmán o cristiano.
Me basta y me sobra con que sea un ser humano...
peor cosa no podría ser".
Estoy asombrado de ser parte del asombroso
universo y orgulloso del hambre que me mantiene despierto.
Soy repetidor de Whitman:
“Me canto y me celebro,
me celebro y me canto,
y si me canto y me celebro
te celebro y te canto
porque cada átomo
que me pertenece te pertenece
porque cada átomo
que te pertenece me pertenece
porque tú y yo somos la misma cosa.”

Aún creo poder verlo, tarareando una canción, Jesús anda por la tierra, o silbando bajito al costado de la vía o en una playa desierta No soy de aquí, ni soy de allá. De alguna forma tenía razón en esta canción, porque él era de todas partes.
El diablo sabe por sabio pero más sabe por Freud – decía y todo el mundo se reía.
Y me detengo cuando canta: Pobrecito mi patrón, piensa que el pobre soy yo. Esta canción tiene mucha reflexión dentro. Porque el cantor cultiva lo místico.
La revolución fundamental es revolucionarse – otra frase que me gusta.
Y mientras trabajaba, su voz seguía recitando incansable:
Vamos cruzando por la vida en el tren de la muerte,
viendo como el progreso acaba con la gente.
En el mundo comprobé que hay un tal para cual
y que cada uno encuentra lo que quiere encontrar.

El hombre tiene mujeres y el gerente secretarias.
El rico tiene problemas y el pobre tiene ganas.
Me escapé de la Rosario que se hace la moralista,
porque ella es virgen porque es fea y no porque sea buena.
He conocido mujeres y de eso nadie se asombre,
que por buscar un marido se perdieron a los hombres.
Parecido le pasó al tucumano Hugo Alberto
que por una sola mujer se perdió a todo el resto.
A la flecha del amor la dispara un inconsciente
de lo contrario no habría tanta desgraciada gente.
La flor seguía cantando en un Manhattan delirante
como el sueño que es la vida.
Otro Kennedy llegaba, Jimmy Carter insistía,
Frank Sinatra retornaba y John Lennon se moría.
O se dejaba matar para darme la oportunidad
para que yo pueda pasar el frente de una vez por todas.
Thank you, John, donde quiera que estés. En el infierno con Somoza o en el Paraíso
con Vinicius du Moraes.
Entre muchas maravillas que guardo en el corazón
la principal es aquella que una noche
de Ecuador me libró de las cadenas cuando me dijo que sí,
porque aprendí que entregarse es comenzar a vivir.
Cuatro ojos me mataron el día que nos conocimos,
los dos con que me miró y los dos de su marido.
Estoy forzado a robar porque he llegado muy tarde,
desde antes de nacer las cosas eran de alguien.
Por ejemplo, “El Quijote” de Miguel Cervantes,
“Hojas de Hierba” de Whitman,
“Tristán e Isolda” de Wagner.
España era de Franco,
el Guernica de Picasso,
Sofía Loren de Ponti,
el Óscar de Marlon Brando.
La gloria era de Gardel, las vaquitas de Anchorena
y si quedaba algo más
se lo llevó Lope de Vega.
Hasta la misma injusticia ya tenía propietario
como la desesperanza es privilegio del tango.
Si me gusta una mujer está de novia o casada,
si soy ladrón es por culpa de la propiedad privada.

   Facundo Cabral probó la vida y glorificó a todos y confesó el sabor que tiene la dicha de sentirse vivo, poseído por el amor por la que cantó con fervor hasta el último aliento.
   Hoy se nos va, el que dijo que fue Dios porque soñó. La vida es un circulo decía él cuando volvía en invierno a la casa de su madre.
   Y ahora pienso, ahora que has tomado el tren de la eternidad
    Como no recordarte si contigo aprendí tantas cosas,
   Si contigo aprendí a hacer barcos
con los dólares que morían en la alcantarillas de Paris.
   Y contigo memoricé algunas frases que jamás olvidaré.
   Con tu voz canté y recité.
   Se nos fue el que cantaba a la paz y la libertad con su música de trovador.
   El que de niño siempre quiso ser payador.
   Adiós amigo, sube con tu carroza de fuego cual Moisés
ya con tu cabello cano, señal de que te has purificado.
   Estuviste tan vivo y siempre estarás vivo en nosotros.

   Estabas hecho de vino, de flores, de trigo, te llaman el hombre.

   Y me quedo con lo que dijiste alguna vez,
ya veinte año atrás ensayando:
Amigos yo no me fui,
ustedes se quedaron.


   Thank you, Facundo, me quedaré con tus Cabralidades.

C.D.
10-07-2011

domingo, 3 de julio de 2011

Madre

Porque creo que en los cielos, arriba,
los ángeles que uno a otro se susurran
no hallan entre sus palabras de amor
ninguna tan devota como "Madre",

 siempre te llamaré por ese nombre,
tú que eres más que madre para mí
y llenas mi corazón, pues diste vida
a mi amada y su espíritu tan libre.

 Mi propia madre, que murió muy pronto,
no era más que mi madre, pero tú
eres la madre de quien yo más quiero,

y así eres más querida tú que aquélla,
igual que, infinitamente, a mi amada
la quiere más mi alma que así misma.

El poema titulado “Madre”, de Antonio Rivero Taravillo (Melilla, 1963), que aparece publicado en su libro Lejos (Ediciones de La Isla de Siltolá), es una variación de un soneto de Edgar Allan Poe. Trae un fondo de reflexión porque nos muestra una imagen desde otro ángulo.
Empieza halagando a ese ser diciendo que en el cielo los ángeles no encuentran otra palabra de amor tan devota como “Madre”, y tal vez sea cierto.
Y en el segundo cuarteto, verso segundo dice “tú que eres más que madre para mí” porque es madre de su amada, madre a quien más quiere. Nos damos cuenta que se refiere a ese ser a la que la mayoría de los hombres han tomado como antagonista de su mundo amoroso: la suegra.
Pero en estos versos el poeta nos habla desde otra perspectiva, pues nos hace reflexionar, nos hace ver lo verdadero, lo bueno, porque la suegra es como el árbol que nos da la fruta para saborearla. Esa es la idea central de este emocionante poema.
Y si nos pusiéramos a reflexionar más fondo llegaríamos a darnos cuenta que “madre” no es solamente aquella que nos trajo al mundo, sino aquella que te mantiene en él, aquella que puede recibirte en sus brazos sin mirar el color de tu piel, tus ojos, tu idioma, aquella que te reciba en su casa, en su mesa, entre sus hijos. Porque madre es sinónimo de amor.

CDL
02-07-2011

sábado, 2 de julio de 2011

ESPÉRAME AQUÍ

                                                A Rosalía

Hace tiempo que ya no te conozco,
me olvidé de tu voz, de los gestos
que hacías con los labios.
Tu cabellera negra que se encendía,
poco a poco se me apagó.
¿Qué será de ti, qué será de mí?
Le pregunto al del espejo,
ese que lleva una bolsa en los ojos,
tal vez de tanto esperar, de tanto soñar.

¿Dónde estará ese lugar
en que tal vez volvamos a encontrarnos?
Hambrientos de apagar lo que nos entristece.
¡Vaya camino que nos separó!
«Espérame aquí», dijiste. Recuerdo la lluvia
y que, como una enorme raíz,
el tiempo me abrazaba.
Quedé indefenso
y mi alma se oscureció.

Y pasaron los años, millones de gotas
sucedieron,
se cayeron los edificios a mi alrededor,
se multiplicaron las calles con mis pasos
las ratas me miraron maquiavélicas,
temblé y la tierra a mi alrededor
se fue rompiendo,
me volví tal vez duro.

Y como al demonio el fuego te siguió,
con tu imagen se marchó,
lloré unos años, miles de noches extinguí
y algunos días no te soñé.

A veces creo que aún estoy en esa esquina,
en donde me dijiste
«Espérame aquí».

C.D. -2011

viernes, 17 de junio de 2011

¿CÓMO DEBE PENSAR UN EMIGRANTE PARAGUAYO?

Y éramos ya los innombrables,
los pobres hijos de la tierra.

Elvio Romero


Esta pregunta me hice un día, mientras estaba pintado subido a un andamio.
Obviamente, salimos de nuestro país en busca de algo mejor, de un trabajo que nos permita ganarnos dignamente la vida. Ya que como sabemos en nuestro país no hay trabajo. Aunque de eso la mayoría culpan a los políticos, al gobierno, lo cierto es que no solo ellos tienen la culpa, sino también nosotros. ¿Falta capital? Sí. Pero la mayoría no saben lo que significa. Y si lo saben, no saben cómo manejarlo. El capital es una semilla que primero germina en nosotros.
Conozco a muchos que vienen a España y a muchos otros países. Para ello venden sus terrenos o piden un préstamo con un interés muy alto, sacrificando por ello muchas cosas.
Lo sé, porque yo también lo hice. Y cuando llegan a trabajar, trabajan todo el tiempo, apenas viven, ni siquiera se alimentan bien, ni duermen bien.
Claro, me olvidaba, vinimos a trabajar, a ahorrar. A juntar ese bendito capital perdiendo hasta la propia libertad.
Y cuando ya hemos ahorrado mucho, regresamos a nuestro país. Pero qué pasa, muchos van y el dinero que llevaron, se les acaba en tres meses, haciendo inversiones que salen mal porque no son bien planeados. Otros van de farra y así recuperan todo lo que no han farreado, aniquilando cuatro años de trabajo en cuatro meses. Esto es real. Y para colmo muchos vuelven a repetir el ciclo, es decir, a pedir prestado dinero, a vender sus inmuebles, etc. y vuelven a sufrir. Y todos se tropiezan con la misma piedra una y otra vez. El dinero, amigos, no puede vivir sin el conocimiento, el conocimiento sin embargo sí.
Por eso, el joven paraguayo emigrante lo que debería hacer cuando reside en otro país aparte de juntar capital trabajando, es adquirir conocimientos formándose, estudiando. ¿Cuántos cursos de formación hay que no tenemos en nuestro país? ¿Cuándo el paraguayo tomará la iniciativa de superarse? El día que lleguemos a conocer nuestras raíces, nuestra historia, por la que lucharon nuestros primeros próceres, ese día nos daremos cuenta de que para que el país mejore primero debemos mejorar nosotros, ya que nosotros somos parte fundamental de él. Ese día ya no nos sentiremos inferiores porque habremos recobrado nuestro verdadero valor.
La mejor inversión que hace uno por sí mismo es la formación.
¡Cuando ganaríamos y con nosotros nuestra patria si viniésemos además de a trabajar también a estudiar! Y luego aunque volvamos a nuestra tierra con mucho o poco dinero, aunque vayamos de farra en farra, el conocimiento, la profesión adquirida es algo que nadie puede quitarnos. Ese es el verdadero capital. Especialmente digo esto para los jóvenes que están en este grandioso país ¿Por qué no se forman al menos? Es lo mejor que podrían hacer por el Paraguay.
No hay que olvidar, compatriotas, que las buenas costumbres inducen a hacernos mejores; las malas, a empeorar.


Cristian David López
Oviedo-Asturias
16/06/11

sábado, 7 de mayo de 2011

Lo que a mi lengua gustó

Lago Ypacarai
Levántese, señora. ¿Cómo es su nombre? -Gaspara Cantuaria de Arroyo, para servir a usted, Exmo. Señor. -Levántese. No puedo permitir que ningún paraguayo, hombre o mujer, se arrodille ante nadie, ni siquiera ante mí.
Augusto Roa Bastos (Yo, El Supremo)

Ya le han sacado al Paraguay mucha tierra y mucha agua. No le sacarán su fuego ni su aire.
Augusto Roa Bastos (Yo, El Supremo)

Un mínimo de memoria es indispensable para subsistir. La anulación de esta facultad comporta la idiotez, y nosotros aquí, en el Paraguay, no bebemos el negro café de cardamomo de los olvidadizos bereberes, sino la infusión de yerbamate o el té de porotillo,
que ayudan a conservar la memoria, y dentro de ella los buenos y malos recuerdos.
Augusto Roa Bastos (Yo, El Supremo)

A mi parecer, la virtud primera es saber retener la lengua;
el más cercano a la divinidad es quien, aun con razón, calla.
Pseudocaton

USA: Donde la libertad es una estatua.
Nicanor Parra

La fuerza no es más que un accidente que surge de la debilidad de los otros.
Joséph Conrad

Donde quiera que esté la virtud en eminente grado, es perseguida.
Cervantes

Seguir en pie
quiere decir coraje
o no tener
donde caerse
muerto.
Benedetti

No te molestes en discutir con los charlatanes:
la palabra es patrimonio de todos; la sabiduría, de unos pocos.
Pseudocaton

Los hombres cultos son los más ocultos.
Augusto Roa Bastos

Pero uno es escribir como poeta y otro como historiador: el poeta puede contar o cantarlas cosas, no como fueron, sino como debían ser; y el historiador las ha de escribir, no como debían ser, sino como fueron, sin añadir ni quitar a la verdad cosa alguna.
Cervantes

¡Realidad, realidad, no me abandones
para soñar mejor el hondo sueño!
Jorge Guillén

Lo humano es perfectible, nunca perfecto.
Vargas Llosa

¿Quién se atreverá a condenarme si esta gran luna de mi soledad me perdona?
Jorge Luis Borges

A donde brilla desnuda la verdad nada se necesita.
Luis Cernuda

El sueño es la concentración del calor interior. El mío ya no produce evaporación. Mi pensamiento es el que sueña despierto una materia cabellosa, corpórea.
Augusto Roa Bastos

No dejes de contar a muchos el favor que te hayan hecho;
pero los que tú hagas a otros, cállalos.
Pseudocaton

Que al poseedor de las riquezas no le hace dichoso el tenerlas, sino el gastarlas, y no en gastarla como quiera, sino en saberlas bien gastar.
Cervantes

Se empieza a envejecer desde que se nace.
Augusto Roa Bastos

Siempre la alabanza fue premio de la virtud.
Cervantes

lunes, 25 de abril de 2011

En un mundo mejor

He visto En un mundo mejor, un film de Susanne Bier, una gran película dramática, Oscar a la mejor película extranjera. Una película moralizante y apasionante. En una escena, unos de los personajes Christian recita junto el ataúd de su madre unos versos que ella le solía leer antes de que se durmiera. El poema dice así:


La muerte le dejó ir a cambio de una canción.

El ruiseñor cantaba.
Cantó en el jardín de la Iglesia
donde las rosas blancas,
donde las flores perfuman el aire,
donde la hierba siempre es verde,
humedecida por las lágrimas de los vivos.
La muerte ansiaba ir al jardín.
Una niebla fría y gris
penetró por la ventana
al irse la muerte.
Gracias, gracias –dijo el emperador.
Pajarito del cielo,
hace tiempo que te conozco.
Antaño te desterré.
Y sin embargo has alejado
al rostro malévolo de mi lado
y a la muerte
de mi corazón.
¿Cómo puedo pagártelo?

Ya me has recompensado – dijo el ruiseñor.
Tus ojos se llenaron de lágrimas
cuando canté por ti.
Para el corazón de un cantante
son más preciosas
que cualquier piedra preciosa.
Duerme ahora
y hazte fuerte mientras canto.

Y siguió cantando hasta
que el emperador se sumió en un dulce
y reparador sueño.











sábado, 23 de abril de 2011

Frutas de jardines ajenos

He ido al jardín y he recogido estas frutas de distintos árboles, frutas tan nutritivas. ¡Pruébalas, hermano mío!



Libre para besar sin saber por qué
esta boca y no otra.
Josefina Plá

La poesía es un sistema luminoso de señales.
León Felipe

Y todo, como el diamante,
antes que luz es carbón.
José Martí

Pelando la palabra verdad, llenó mis manos
y al llegar a mi boca, no existía.
Josefina Plá

La tarde es ya un óxido objeto
abandonada por los rincones.
Xuan Bello

Ven, dijo mi alma.
Escribamos versos para mi cuerpo (pues somos uno).
Walt Whitman

Sin el amor de la propia persona es también imposible el amor del prójimo.
Hermann Hesse

Las buenas acciones son malas acciones sublimadas; las malas acciones son buenas acciones realizadas groseras, estúpidamente.
Nietzsche

Entre las religiones y la verdadera ciencia no existe parentesco, ni amistad, ni enemistad, viven en planetas diferentes.
Nietzsche

Todos los grandes hombres son grandes trabajadores, infatigables, no solamente en inventar, sino también en rechazar, en pasar por la criba, en modificar, en arreglar.
Nietzsche

El genio no hace al principio más que aprender a colocar piedras, luego a construir, a buscar materiales y a trabajar en darles forma.
Nietzsche

Perdona a un muerto.
No hieras un cadáver.
¿Qué valentía hay en matar a un muerto?
Sófocles

Es por el dolor que los corazones se inclinar a amarse.
Goethe

¡Oh, qué felicidad ser amado!
¡Oh, dioses, al amar me siento feliz!
Goethe

En los tiempos heroicos, en que dioses y diosas amaban,
el deseo seguía a la mirada y el goce seguía al deseo.
Goethe

¿El que está privado de la luz puede, en efecto, sufrir, después de la muerte, la lamentable esclavitud?
Sófocles

El amor es un tenue fuego fatuo
que un instante parpadea en la noche.
José Luis García Martín

Pues dos enamorado son una multitud.
Goethe

Ya sé que estamos siempre solos,
que dios es un invento
de hombres asustados como niños
que temen dormir solos
por toda la negra eternidad.
José Luis García Martín

La sabiduría es hija la experiencia.
Leonardo da Vinci

El hombre feliz jamás fantasea y sí lo hace el insatisfecho.
Freud

El poeta nos pone en situación de gozar, sin avergonzarnos ni hacernos reproches alguno, de nuestras propias fantasías.
Freud

La mudez es, en los sueños una representación usual de la muerte.
Freud

Analizando los propios sueños se llega a ser analítico.
Freud

Ni siquiera soy polvo.
Borges

El dinero es algo tan inferior al espíritu caballeresco, que casi no merece la pena ocuparse de él
Fiódor Dostoyevski

La experiencia proviene de la memoria.
Aristóteles

No escuches la voz del árbol que conoce tu vida pasada.
Guarayu de Bolivia

Desnuda eres tan simple como una de tus manos.
Neruda

Y me parece tan ridículo decir que un hombre que se suicida es cobarde; como absurdo sería dar el mismo nombre al que se muere de una fiebre maligna.
Goethe

Está permitido castigar con azotes a los perezosos.
T. Moro

Eran las noches incurables y la calentura.
Gil de Biedma

Se empieza a pedir prestado y se acaba mendigando.
Heminguay

Mi reloj despertador es la edad.
Heminguay

Nada me gusta más que asomarme al mundo
desde unos ojos distintos de los míos.
José Luis García Martín

La mar: lo llamo como a una mujer
y la luna le afecta igual que a la mujeres.
Heminguay

Es mejor que la suerte te sorprenda cuando estás preparado.
Heminguay

Todo aquello que el poema quiere decir debe ser ocultado.
Eduardo Chirinos

El dolor es la materia de la que están hechos los poemas.
Eduardo Chirinos

Sea cual fuere la felicidad que puedan disfrutar, la obtienen en sus horas de ocio.
Bertrand Russell

El hombre moderno piensa que todo debería hacerse por alguna razón determinada.
Bertrand Russell

Pensamos demasiado en la producción
y demasiado poco en el consumo.
Son dos aspectos de una misma transacción.
Bertrand Russell

Sin la clase ociosa, la humanidad
nunca hubiese salido de la barbarie.
Bertrand Russell

Todas las ciudades tienen un río que las atraviesan en sueño.
Martín López-Vega

Un pájaro muerto no significa la muerte del vuelo.
Martín López-Vega

La cultura proporciona al hombre formas
de poder menos dañinos y medios
más dignos de hacerse admirar.
Bertrand Russell

Si existiera el infierno, sus llamas
calentarían directamente el culo del papa mientras caga.
Martín López-Vega

No hay caminos por lo que huir de Roma.
Martín López -Vega

Mala vasija el cuerpo. Recipiente
de eterna insaciedad y deterioro.
Emilio Pacheco

Un día desperté y ya estaba muerto.
J. L. Piquero


Cuando pronuncio la palabra futuro,
la primera sílaba pertenece ya al pasado.
Wislawa Swymborska

De desnuda que está brilla la estrella.
Rubén Darío

Aunque soy el primero en sostener
que el poema es ficción, un artificio
para decir las cosas bellamente.
J. L. Piquero

Vivir es lo que hacemos
pero en cambio la muerte
solamente nos pasa.
Jesús Tejada

En literatura, como en cualquier otra actividad,
todo lo que no es necesario estorba.
José Luis García Martín

El mundo es más sencillo
cuando lo complicamos de verdad.
Luis García Montero

Era como ordenar a un árbol que no se balanceara con el viento.
Joseph Conrad

…y las estrellas nacen, y mueren, y salen de nuevo,
creó al hombre,
y el hombre nace, y muere, y ya no sale de nuevo.
Dinkas (África)

La Fama, el más veloz de todos los males.
Virgilio

Es muy difícil hacer política sin deshacer la patria, sin deshacer la humanidad,
que es la patria de los hombres.
Rafael Barret

El que trabaja no es extranjero en ningún sitio.
Rafael Barret

Yo quiero que dejes de seguir a tu madre,
pues tienes edad ya de seguir a tu esposa.
Horacio

El arrabal es el reflejo de nuestro tedio.
Borges

¡Aparta, negra Muerte, en seguida, tus manos codiciosas!
¡Aparta, oscura Muerte, te lo ruego! No tengo aquí una madre
que reúna en su triste regazó mis quemados huesos,
ni una hermana que derrame sobre la ceniza olores Asirios
y llore, sueltos ante la tumba sus cabellos.
Tíbulo

El poeta es carne encendida nada más.
Y la poesía, una llama sin treguas.
León Felipe

Con la descripción de las nubes
debería darme mucha prisa,
después de una milésima de segundo
dejan de ser esas y empiezan a ser otras.
Wislawa Swymborska

Ahora soy yo quien tiene que descubrir salidas y horizontes,
y Dios no puede hacer más que esperar… ¡que esperarme!
León Felipe

Es hermoso pensar que podemos ser útiles socialmente,
aún después de muertos: haciendo crecer las plantas.
A. Huxley

Vamos de tumbo en tumba.
León Felipe

El infierno no es un fin, es un medio…
(Nos salvamos por el fuego)
León Felipe

El mundo confía más en lo que ve que en lo que escucha.
Los hombres de estado tienen que sonreír.
Wislawa Swymborska

En realidad es un porvenir lo que el sueño nos muestra, más no el porvenir real, sino el que nosotros deseamos.
Freud

Si el amor, como todo, es cuestión de palabras,
acercarme a tu cuerpo fue crear un idioma.
Luis García Montero

En la prosa puede haber de todo, hasta poesía,
en la poesía tiene que haber sólo poesía.
Wislawa Swymborska

De cien quilo es el corazón de la orca
pero no le pesa.
Wislawa Swymborska

Que la cuna del hombre la mecen los cuentos.
León Felipe

A cada alma dolorida
le gusta contar sus penas.
José Hernández

Mas no debe aflojar uno
mientras hay sangre en las venas.
José Hernández

Dios formó lindas las flores
delicadas como son;
les dio toda perfección
y cuanto El era capaz;
pero al hombre le dio más
cuando le dio el corazón.
José Hernández

Pues el pájaro cantor
jamás se para a cantar
en árbol que no da flor.
José Hernández

Déjenme tomar un trago,
estas son otras cuarenta,
mi garganta esta sedienta
y de esto no me abochorno
pues el viejo como el horno
por la boca se calienta.
José Hernández

Siempre ha sido el amor
la medida del dolor.
Gabriel y Galán

Un poema es esto:
un cargado ejercicio
de soledad.
Marcos Tramón

¿Cómo el genio en distintos cuerpos nace?
Cernuda

¿Debe engañarse al pueblo?
Desde luego que no.
Mas si le echas mentiras
mientras más gordas fueren,
resultarán mejor.
Goethe

Lo que en la tierra se pena
en el cielo se desquita.
Oscar Ferreiro

Por nuestro imperfecto vivir se apoderarán de nosotros nuestras enfermedades.
Médicos guaraníes

La lamentación constituye también un hábito indiferente que nace solo de un deber de cortesía.
Carlos Zubizarreta

…el que se queda tiene más vida; el que se va
más camino.
Claudiano

viernes, 25 de marzo de 2011

El alfabeto de los pájaros

Nuria Barrios
El alfabeto de los pájaros
Editorial Seix Barral, Barcelona, 2011.


La protagonista de El Alfabeto de los pájaros es Nix, una niña china de seis años de edad. La autora da ritmo y sabor onomatopéyico a su relato, haciéndolo a la vez real y fantástico. Nix vive de la imaginación de su madre, quien le inventa cuentos para calmar sus dudas. ¿De dónde viene ella y por qué es diferente a su madre? ¿Por qué ella es una golondrina y su madre una cigüeña? Esas y otras preguntas son las que vienen atormentando a la niña, como inquietarían también cualquier otro niño abandonado.
Ya el título da una vaga idea de lo que es la vida de Nix, una pajarita cucú (los cucús acostumbran poner sus huevos en nidos ajenos y crecen con padres que no son los suyos).
Nix, curiosa por saber de dónde viene, se convierte en la primera niña --acompañada de un cucú guía-- que vuelve a la barriga de la madre, donde empieza su aventura, donde empieza el olvido, donde habita lo cálido, donde se está tan bien, tan protegido y el frío no existe.
Nix es una niña muy valiente: ha sobrevivido al abandono, al orfanato, al viaje con dos desconocidos hacia lo desconocido. Sobrevivió a la desaparición de su primera lengua, al extrañamiento, a la realidad de ser diferente. Había sobrevivido a todas las barreras para llegar a darse cuenta que la familia te es dada siempre. Que puede ser aquella que te adopta y también aquella en la que naces. Los niños no pueden elegir la familia, pero el amor sí es una elección.
Un relato hermoso, lleno de imaginación. Donde los caracteres son dibujos, donde se puede percibir el lenguaje sublime de un poema camuflado. También nos enseña “que hay cosas que no son posibles. Y que las cosas imposibles no son siempre las más importantes. Y las cosas más importantes no son siempre imposible”.
Y por último, una idea que me parece especialmente acertada: “Lo primero que el hombre escucha, mucho antes de nacer, fueron latidos. No los de su pequeño corazón, sino los del corazón de la madre”. El sonido que entibia aquel mundo primero. Y aquel sonido fue nuestro inicio puro, luego vino el olvido.

Cristian David López.

El Jugador

Fedor Dostoievski
El Jugador
Prólogo de Carlos Pujol
Traducción del ruso por José Laín Entralgo
Salvat Editores, S.A. con la colaboración de Alianza Editorial S.A. – Madrid 1969


Cuando Dostoievski con 46 años de edad, se encontraba en una economía desesperada, porque tenía que hacerse cargo de la esposa y cinco hijos de su hermano fallecido Mijaíl y responder por las deudas que este dejó.
Solo podría resolver tal situación con contrato editorial y eso le obligó terminar en poco más de un año dos obras. Por las mañanas escribía Crimen y Castigo y por las tardes iba concibiendo El Jugador. Esta última, escrita en un tiempo record de tres semanas, se llamaba primitivamente Ruletemburgo, pero se publicó con el título de El Jugador.

El relato, escrito en primera persona, habla especialmente del mundo del dinero, y Dostoievski dibuja basándose en su propia adicción a los Casinos – se trata de una novela casi autobiográfica.

La historia tiene como protagonista a Alexei Ivánovich, pobre pero culto. Tutor de los niños de la casa de un viejo general, quien también es jugador de las ruletas. El general que solo piensa en el dinero vive esperando la herencia que dejaría con su muerte la Abuela, su madre.

El general viudo, está enamorado de una joven francesa Mademoiselle Blanche, una mujer bonita, ambiciosa e inteligente y llena de futuro, que arrastraría a cualquier hombre a la ruina con tal de saciar sus caprichos. También ella, atraída por el juego, vivirá las mismas victorias y penurias.

Todos en la familia, a excepción de Alexei, esperaban, deseaban la muerte de la Abuela, quien para colmo aparece en la ciudad bien viva y severa. Diciendo que sabe todo y que todo el mundo desea su muerte, y de vez en cuando recuerda al general que no le iba a dar nada. También la abuela, empujada por la curiosidad, se mete a las ruletas y pierde todo el dinero que llevaba encima, atormentado de esta forma el corazón de los herederos y a quienes de esto esperan tajada. Especialmente, De Grillet quien realmente no era lo que parecía y a quien el general debía dinero.

El general, desesperado por su economía, despide al tutor de sus hijos, sabe que no tiene salida porque su madre no acaba de morir y pierde todo lo que prestó a De Grillet, quien desaparece.

Alexei Ivánovich, vicioso del Juego un día decide entrar al Casino y se gana una fortuna experimentando las mejores sensaciones y lleva todo su dinero y ofrece a Polina quien vive deprimida por las deudas de la familia le arroja en su cara el dinero que le ofrece. En cambio Alexei confundido y tentado por la dulzura de Mademoiselle Blanche viaja a Paris y en diez días disuelve toda su ganancia cumpliendo al pie de la letra los caprichos de esa bonita mujer y que al final tampoco se llamaba Madeimoselle Blanche.

El general vuelve tras ella a Paris y ésta, soñando con mezclarse con la gente de alto nivel se casa con él pensado también en la herencia que les dejaría la Abuela, ilusionada con ser la futura generala.

Y Alexei se queda de lado pero sin remordimientos, porque como todo lo que fácil viene, fácil también se va. Así es el mundo del jugador quien constantemente pasa de rosa a negro pero al final vive en la oscuridad. El protagonista regresa a Homburg con lo poco que le queda. Enseguida volvió a las ruletas y para colmo le meten en la cárcel por las deudas que tenia, y un descocido le pagó su libertad.

Al final de la historia vacio el espíritu aunque no se dé cuenta de ello un amigo ingles, Asley le hace reflexionar de que no es el dinero el que lo atrae sino el propio juego, el gripo del croupier afirmando su acierto, ese cinco minutos de juntar fortunas y ese momento de olvidar de sus desgracias momentáneas pero que siempre al final en cinco minutos los volvía a perder todo. El juego lo insensibiliza le deja en una ciénaga, y aunque no se dé cuenta de que esa no-vida lo ha anquilosado, le ha hecho renunciar a la vida, a los libros, a los intereses sociales, a los deberes del ciudadano, a sus amigos, ha renunciado hasta a sus propios recuerdos al punto de volverle un ciego que no ve al amor que tiembla en su frente.

Después de escribir esta novela Dostoievski recae en este infierno del juego.

En fin, la frase que rescato de la boca de Alexei Ivánovich a quien doy voz es: “El dinero es algo tan inferior al espíritu caballeresco, que casi no merece la pena ocuparse de él” Tal vez tenga razón, pero al final todos caemos.


Fedor Dostoievski

martes, 11 de enero de 2011

– Te quiero preguntar otra cosa, Cristóbal...
– Mejor que duermas –le contestó él.
– No tengo sueño.
– Mañana nos espera lo mas duro.
– Tal vez la muerte –dijo ella con acento apacible, casi feliz, no preguntando, sino casi segura.
– Tal vez.
Dormiré entonces. El sueño será largo... no había tristeza en su voz, ningún énfasis, ninguna amargura. Sus palabras eran festivas. No hay tristeza en el guaraní; las palabras salen recién inventadas, sin tiempo de envejecer. Para decir el sueño será largo..., dijo: ho'ata che'ari keraná pukú..., sugiriendo un sueño o pata suelta, lleno de infinita molicie, de imágenes alegres, con una mosca haciéndole cosquillas en la nariz.

Hijo de hombre
Augusto Roa Bastos